martes, 9 de diciembre de 2014

Big foot

Evolución del pinrelillo de Javier, del 9 de abril a hoy.


No somos de los que engordamos dos kilos al mes. La cosa va lenta. De hecho, aún conseguimos meter a nuestro principito dentro de esa camisa de cuello Mao que nos encanta a todos, aunque la etiqueta indica que es para bebés de un mes. Y eso que hoy cumplimos ocho.

El gramo nos cuesta sudores, pero esto va avanzando y ya rozamos los cinco kilos.

El pinrel de Javier apunta maneras. Quizá en un futuro pueda dormirse de pie, haciendo vela para no desequilibrarse con esas orejas de soplillo que se le están poniendo a fuerza de llevar las gafas de oxígeno (que me perdonen las abuelas por hablar tan crudamente de los defectos de su nieto, esos que ellas ni vislumbran).

Por lo demás, lo que más rápido le crece al gato son las uñas. Andamos a razón de una manicura cada tres o cuatro días, para no acabar albardados a arañazos. Una pena que no hagan percentiles de generación de queratina. En eso íbamos a barrer.

Hemos celebrado los ocho meses con un fondo de ojo, un análisis de sangre y una sesión de rehabilitación. Así que, en cuanto a celebraciones, la cosa solo puede ir a mejor.

El día se ha dulcificado con un regalo de la tía Amaia. Un calendario de esos con piececitas que se pegan con velcro para saber qué día es, en qué estación estamos, qué tal tiempo hace y si es el cumpleaños de alguien de la familia. Javier lo podrá empezar a entender dentro de dos años y tres meses, si hacemos caso al fabricante. Qué sabrán los fabricantes.

Guardaré el calendario como oro en paño, junto con las pinturas de palo que me regalaron para él cuando aún estaba en mi barriga.

Llevamos un ritmo loco de regalos. Cualquier día alguien aparece con unas cuchillas de afeitar o un abono para los toros. Que me lo huelo. Parece que los primerizos no somos solo nosotros.

Por lo demás, todo va bien, ya de lleno en este amenazante invierno. Pese al trajín de médicos y las cucharadas de puré metidas a traición que perturban su tranquilidad, nuestro pequeño se porta como un santo. A veces dan ganas de llorar de lo bien que se lo toma todo.

Es verdad que algún 'botón' de muestra nos ha enseñado, no nos vamos a engañar. Esta misma tarde se ha pillado un rebote con doble tirabuzón de asustar. Casi revienta el monitor. Pero ahora ya duerme, agotado. Angelico.









3 comentarios:

  1. Increíble ver la evolución de las huellas de su pie. Zorionak por esos ocho meses, Javier es un campeón, aunque use talla de 1 mes. Y zorionak a sus padres.
    ¿No me digas que ya ha tenido su primera rabieta? ;) Un beso enorme.

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    1. Ojo!! No usa talla de un mes, eh? De tres para arriba!!! Pero, ya sabes cómo va eso de los tallajes locos, unido a que nos encanta esa camisa. Besicos.

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  2. Ahh, vale, queda claro que usa talla de tres para arriba :-) Ya veo que esa camisa la estáis estirando mucho, jeje.

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